TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA
Paige (RACHEL McADAMS) y Leo (CHANNING TATUM) son un joven matrimonio, locos el uno por el otro que viven una vida plena como artistas en Chicago. Durante una nevada nocturna sufren un accidente de tráfico. Leo sale ileso, pero Paige sufre un traumatismo craneal que borra a su marido de su memoria.
Cuando ésta sale del coma, Leo es para ella un extraño.
De repente, Leo se encuentra en la dolorosa situación de tener que reiniciar la relación que toda su vida había deseado y volver a ganarse el amor de su mujer. Mentalmente Paige regresa a su vida cuando estudiaba derecho cinco años atrás, antes de conocer a Leo y hacerse artista. En un instante, deja de ser la mujer que Leo conocía y encima no recuerda nada de su vida actual. No puede comprender por qué se ha alejado de sus padres (JESSICA LANGE y SAM NEILL), echa de menos su ropa más conservadora y no entiende por qué dejó la universidad y una prometedora carrera de Derecho. Para colmo, Paige cree que aún está comprometida con Jeremy (SCOTT SPEEDMAN), que todavía la quiere y se muestra reacia a querer a Leo, que lleva una vida menos convencional dedicándose a la música. Incluso le llega a extrañar que alguna vez haya podido amarle.
Cuando comprende que la recuperación de la memoria de Paige es una causa perdida, Leo se enfrenta al gran temor de haber perdido al amor de su vida y a su familia. Se niega a rendirse, decidiendo empezar de cero y cortejar a Paige como si se acabaran de conocer, con la esperanza de que si ya se enamoraron una vez, puedan volver a hacerlo. Un reto que pondrá a prueba su visión del amor, sobre ser fiel a uno mismo y sobre esa parte sagrada de toda ceremonia matrimonial, el voto que la pareja se hace el uno al otro: en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.
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